Mi lema:

"Sucede, que cada vez que pierdo un perro, se lleva un trozo de mi corazón con él. Y cada perro que entra en mi vida, me regala uno del suyo. Si logro vivir lo suficiente, todas las partes de mi corazón serán de perro y llegaré a ser tan buena y generosa como lo son ellos."

miércoles, 8 de enero de 2014

Diana, del corredor al colchón

Diana es una galga que como muchos otros galgos no sirven para cazar y que su "dueño" llevó la perrera porque "no le sirve".

Hay personas que son ángeles de perros, y una de ella es una señora francesa que mediante Argos y otras asociaciones saca perros de la Perrera de Badajoz, donde es legal "abandonar" perros porque "no sirven".
En la perrera de Badajoz también hay ángeles que de forma altruista fotografían y difunden a los perros que están allí hasta que les llegue su día, pero que gracias a ellos salen adoptados y son salvados de una muerte segura. Podéis ver su web SOS Perrera de Badajoz.


Diana tuvo la suerte de captar la atención de un ángel, que nos pidió que fuéramos a por ella y la sacáramos de aquel corredor. Llegó en pésimas condiciones, delgada, con mucosidad, tos, ruidos en el pecho...pero con calor y amor fue reponiéndose.

Diana nos enamoró a todos desde el primer momento, no nos había visto nunca, pero en dos minutos confiaba en nosotras y se dejaba hacer lo que fuera, porque encontró, calor, amor y seguridad.

Ya recuperada,se reunió con el resto de galgos y Diana comenzó a demostrar que era una galga joven, fuerte, juguetona y con una vitalidad asombrosa. Se fue convirtiendo en lo que realmente era, una perra amorosa, deseando disfrutar, jugar, correr y dar todo el cariño que tenía guardado y que hasta ahora nadie había aceptado.

Era cuestión de tiempo (poco tiempo) que alguien se fijara en ella, porque esos ojos cautivan, enamoran. Como era de esperar, alguien se fijó en ella y en su necesidad de amar y ser amada.
 Hoy Diana ha encontrado su lugar, nada queda de aquellos cheniles fríos y mojados que le provocaron principio de neumonía. Hoy, descansa en un sofá, tiene su propia cama y lo más importante, humanos a los que amar y que la aman, porque su adoptante vino personalmente desde Bélgica a por ella y fue un flechazo nada más verla.

Aquí nos quedamos los que ayudamos a que esta historia terminara de este modo y que aunque nos da pena tenerla tan lejos, sabemos que esta es nuestra labor y nos enorgullece haber formado parte de este equipo.

Esperamos que Dianita sea muy feliz y se queda por siempre en nuestros corazones.

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