Mi lema:

"Sucede, que cada vez que pierdo un perro, se lleva un trozo de mi corazón con él. Y cada perro que entra en mi vida, me regala uno del suyo. Si logro vivir lo suficiente, todas las partes de mi corazón serán de perro y llegaré a ser tan buena y generosa como lo son ellos."

sábado, 27 de junio de 2015

Hasta siempre Buchu

Hace ya 11 años que conocí a Mon, hoy mi marido y nada me hizo más feliz que saber que le gustaban los perros y que tenía uno, Groucho.
Groucho fue comprado como perro de terapia, para "obligar" a un familiar a salir a la calle. Ellos jamás habían tenido un perro, es más, a su madre le aterraban los perros.



Groucho era un adorable schnauzer miniatura sal y pìmienta que pronto se ganó el amor de toda la familia.
A los pocos meses de vivir con ellos, lo atropelló un coche y hubo que operarlo de una de sus patas traseras. Su infancia se vió truncada por ese accidente y entre el reposo y la rehabilitación fueron pasando los meses hasta llegar a la edad adulta.

Groucho era un perro tranquilo, amoroso, sociable...pero tenía una particularidad...odiaba que lo cogieran en brazos...yo jamás había visto tal cosa en un perro de menos de 10kg, jeje.
Yo lo conocí con unos 3 años y era un peluche, un perro leal, divertido (aunque sacaba genio si algo no le gustaba) y aunque nosotros siempre decíamos que cuando se hizo el reparo de cerebro por razas, él no fue...era un perro muy observador y listo.

Groucho comenzó a orinar sangre y le diagnosticaron piedras en la vejiga, para lo que comenzó a tomar un pienso especial.
Tras la castración (ya con unos 9 o 10 años), Groucho fue poniendo peso (eso y comer lo que no debía) por lo que también tomaba pienso para perros obesos.
Hace unos 8 meses, comenzamos a ver que Groucho empezaba a perder peso, pero en poco meses perdió mucho peso, pasaba mucho tiempo acostado y ya apenas venía a recibirnos.
Una visita al veterinario bastó para saber un diagnóstico difícil de digerir, Groucho tenía una insuficiencia renal. Rapidamente cambio de pienso, medicación y suero para limpiar su sangre...pero por desgracia sus riñones estaban muy deteriorados y su sangre totalmente "intoxicada", Groucho murió a la semana, días antes de Navidad.

Ahora nos queda su recuerdo y todos los buenos momentos que nos dió y que compartió con nosotros.
Fue un perro que tuvo una gran suerte, conoció a una familia (no todos pueden decir eso), fue amado, amó, fue atendido y cuidado hasta el último día, y jamás le faltó el calor de su familia.

Nos volveremos a ver allá donde estés. Hasta siempre Buchu (gurrulu, rabicorti, churri, culopollo...)

Incansable con su pelota

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